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Masacre de Bila Tserkva


Masacre de Bila Tserkva


La Masacre de Bila Tserkva fue el asesinato en masa de judíos soviéticos durante las primeras fases de la invasión alemana de la Unión Soviética, cometido por uno de los Einsatzgruppen alemanes con la ayuda de auxiliares ucranianos y de miembros de la Wehrmacht,[1][2]​ la matanza tuvo lugar en Bila Tserkva en la RSS de Ucrania, entre el 21 y 22 de agosto de 1941. Después de que toda la población adulta judía de Bila Tserkva fuera asesinada, varios funcionarios se quejaron de que unos 90 niños judíos habían quedado encerrados en un edificio abandonado[2]​ y que iban a ser ejecutados por separado. Los soldados informaron del asunto a cuatro capellanes del Heer, quienes transmitieron sus protestas al mariscal de campo Walter von Reichenau;[2]​ fue la única vez durante la Segunda Guerra Mundial que miembros de la Wehrmacht intentaron evitar una masacre del Einsatzgruppen, pero la orden verbal de Paul Blobel fue directa y decisiva.[2][3]

Descripción

En agosto de 1941, el general Walter von Reichenau, comandante del 6.º Ejército alemán, ordenó a sus hombres que ayudaran a los Einsatzgruppen y a los auxiliares ucranianos a matar a los judíos de Bila Tserkva. En el transcurso de los días siguientes, prácticamente toda la población judía adulta de Bila Tserkva fue asesinada. Todo lo que quedó fueron los niños y algunas de las mujeres, que fueron encerrados en una escuela a la espera de su ejecución.[4]

Varios soldados, perturbados por el llanto de los niños y bebés de la escuela, preguntaron a sus capellanes qué hacer.[4]​ Los dos capellanes adscritos a la 295.ª División de Infantería, el padre católico Ernst Tewes y el pastor luterano Gerhard Wilczek, visitaron la escuela. Estaban horrorizados por las condiciones en las que se encontraban los niños asustados y hambrientos.[4]​ Los capellanes le pidieron al comandante del ejército local que liberara a los niños, pero él se negó. Tewes informó más tarde que «resultó ser un antisemita convencido».[5]​ Junto con otros dos capellanes de la 295.ª División, enviaron una serie de cartas de protesta a personas en posiciones de autoridad pidiendo que se perdonara a los niños de Bila Tserkva.[5]​ Los capellanes se ganaron al oficial de Estado Mayor, el teniente coronel Helmuth Groscurth, para su causa. Groscurth era hijo de un pastor y antinazi convencido, había sido el oficial de la Abwehr que había pasado información detallada sobre las órdenes criminales emitidas por el Alto Mando alemán para la Operación Barbarroja al opositor Ulrich von Hassell.[6]

Groscurth, ordenó un aplazamiento de la masacre planeada de los niños.[5]​ En áreas cercanas al frente, los Einsatzgruppen estaban bajo el mando del Ejército, por lo que cuando el coronel Groscurth ordenó al Standartenführer Paul Blobel que se retrasara la masacre, el líder local del Einsatzkommando no tuvo más remedio que obedecer, aunque le advirtió que informaría sobre su interferencia al Reichsführer de las SS, Himmler.[6]​ Finalmente, el propio Von Reichenau intervino y ordenó que se llevaran a cabo las ejecuciones. Después de recibir una carta de protesta de los dos capellanes, Reichenau escribió en respuesta:

Tewes recordó más tarde: «Todos los que queríamos salvar fueron fusilados. Debido a nuestra iniciativa, sucedió unos días más tarde de lo planeado».[5]​ El SS-Obersturmführer August Häfner, que vio los asesinatos posteriores el 21 de agosto de 1941, testificó en su propio juicio de 1942 de la siguiente manera:[8]

Las protestas contra la masacre en Bila Tserkva fueron únicas por ser la primera y única vez, durante la guerra, en que los capellanes de la Wehrmacht intentaron evitar una masacre de los Einsatzgruppen.[5]​ La historiadora estadounidense Doris Bergen escribió que los cuatro capellanes involucrados en la protesta sabían que los adultos judíos estaban siendo asesinados y protestaron solo cuando se enteraron de que se iba a disparar a los niños.[5]​ Bergen observó además la «terrible ironía» de que un gesto de protesta sirvió aún más a los objetivos genocidas del régimen; los soldados que estaban preocupados por el llanto de los niños que esperaban su hora de morir sintieron que habían «resuelto» el problema «haciendo algo», es decir, apelando al padre Tewes y Wilczek, y no tenían más papel que desempeñar en este asunto.[10]

Véase también

  • Crímenes de guerra nazis en la Unión Soviética
  • Crímenes de guerra de la Wehrmacht
  • Mito de la Wehrmacht inocente

Referencias

Bibliografía

  • Bergen, Doris (2001). «Between God and Hitler: German Military Chaplains and the Crimes of the Third Reich». En Bartov, Omer; Mack, Phyllis, eds. In God's Name: Genocide and Religion in the Twentieth Century. Nueva York: Berghahn Books. pp. 123-138. ISBN 1571813020. 
  • Klee, Ernst; Dressen, Willi; Riess, Volker (1991). "The Good Old Days" – The Holocaust as Seen by its Perpetrators and Bystanders. Trans. Burnstone, Deborah. New York: MacMillan. ISBN 0-02-917425-2.  (publicado originalmente como Klee, Ernst; Dreßen, Willi; Rieß, Volker (Hrsg.) (1988). Schöne Zeiten. Judenmord aus der Sicht der Täter und Gaffer. (en alemán). Frankfurt / Main: S. Fischer. ISBN 978-3-10-039304-3. )
  • Beevor, Antony (2005). Stalingrado. Editorial Crítica. ISBN 9788484327059. OCLC 920201308. 

Enlaces externos


Text submitted to CC-BY-SA license. Source: Masacre de Bila Tserkva by Wikipedia (Historical)



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