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Archivo Municipal de Pamplona


Archivo Municipal de Pamplona


El Archivo Municipal de Pamplona (a menudo abreviado como AMP) «es el servicio encargado de la organización, conservación, acceso y difusión de los documentos producidos y recibidos por el Ayuntamiento de Pamplona y sus organismos autónomos.»[1][2]

Es uno de los servicios municipales más antiguos ofrecidos por el municipio al estar contemplado «ya en 1423 por Carlos III el Noble, cuando dota a la ciudad de Pamplona de una nueva organización, tras la Unión de los Burgos»[3][4][5]​ aunque su comienzo se concretará en 1566.

En la actualidad, desde el 18 de abril de 1986, tiene su sede principal en el edificio que ocupaba el viejo Seminario de San Juan Bautista, un edificio del siglo XVIII situado en la Calle del Mercado de Pamplona.[6]

Historia

Génesis

Su historia empieza el 8 de septiembre de 1423, cuando el rey Carlos III el Noble pone fin a los seculares conflictos entre las tres poblaciones, los llamados burgos, y establece una estructura de gobierno municipal única con una organización que, paulatinamente y en paralelo, desarrolla las nuevas funciones y competencias. Una de las primeras directrices en este sentido establece la creación de un sistema de almacenamiento del propio privilegio, los nuevos sellos y la inmediata documentación que genera el nuevo consistorio dando lugar a la formación de un fondo que actualmente cabe calificar de «excepcional por su volumen, por sobrepasar los seis mil metros lineales, y por su calidad.»[1][7]

El Privilegio de la Unión establece la nueva estructura municipal, una nueva jurería o casa consistorial, y la construcción de «un arca de roble con tres llaves para que los tres burgos -la Ciudad de la Navarrería, el Burgo de San Cernin y la Población de San Nicolás- guarden sus documentos, sellos y pendón comunes, para utilidad y provecho de todos los habitantes.» El capítulo textual dice así:

18. [Cómo el pueblo o los diez Jurados deuen fazer una fuert archa et dentro en eilla deuen ser puestos todos letras, priuillegios, sieillos et pendón et qué personas deuen tener las claues de-la dicha archa]

Otrossí, de consentimiento et voluntat de todos los dichos procuradores, Nos, por tal que la dicta vnión se más firme, auemos querido et ordenado, queremos et ordenamos por las presentes que dentro en término de diez días empués la data deillas, el pueblo de nuestra dicta muy noble ciudat de Pomplona o los dictos diez jurados fagan fazer vna fuert arqua de robre, en la quoal aya tres çarraias fuertes con tres claues. Et en aqueilla arqua, dentro en término de quinze días empués la data deste present nuestro priuilegio, los dictos pueblos del Burgo, Población et Nauarrería ayan a-poner todos lures priuillegios, sieillos et pendón communes, por-tal que aqueillos ensemble et en vna vnión puedan et deuan ser conseruados et goardados para vtilidat et prouecho de todo el pueblo de nuestra dicha muy noble ciudat de Pomplona, vnido como dicho es. De-las quoalles claues, la vna tendrá el cap de banc del dicto Burgo et la otra el cap de la dicha Población et la otra el cap de banc de la dicta Nauarrería. Et segunt se mudarán cada aynno los dichos cap de banques, el dicho domingo ante Sancta María de septiembre, se ayan amudar las dichas claues en cada aynno, aperpetuo. Et la dicha arqua aya a ser en la casa de la dicha Jurería.[8]

Carlos III de Navarra, Privilegio de la Unión, cap. XVIII, 8 de septiembre de 1423

Una de las singularidades de esta prescripción real es que se trata del «primer testimonio escrito en Navarra sobre los documentos de archivo» siendo el fundamento que «explica la conservación de un importante volumen de unidades documentales anteriores a 1423, denominado en tiempos Archivo Secreto.» El primer responsable, nombrado por el monarca navarro, fue García de Senosiáin.[7]

Tras este nuevo fuero como génesis de la creación del archivo municipal de la ciudad, las Ordenanzas para el gobierno de los pueblos del 31 de octubre de 1547, suponen una de las modificaciones posteriores ya que «regula la custodia e inventario de los documentos».[9]​ En estas ordenanzas se «obligaba a los ayuntamientos a tener un arca destinada a archivo y a efectuar inventarios de los documentos que contenía» al tiempo que impulsaron el desarrollo de la administración por escrito, al exigir libramientos, recibos, repartimientos y varios libros: dos de contabilidad, uno de pregones y mandamientos, otro de penas arbitrarias y otro destinado a copiar privilegios y escrituras de los pueblos. Este último y uno de contabilidad debían guardarse en el Arca del Concejo junto con los privilegios y escrituras del pueblo, de los que tendría que hacerse un inventario y cuya salida del arca se reglamenta con cuidado. Era la primera disposición de validez general para toda Navarra que obligaba a los ayuntamientos a tener un arca destinada a archivo y a efectuar inventarios de los documentos que contenía.»[a][10]​ Como indica la archivera municipal Ana Hueso Pérez, «esta prescripción real, que tiene además la particularidad de ser el primer testimonio escrito en Navarra sobre la formación de archivos públicos» es la razón de peso que explica la conservación de 270 elementos documentales previos a 1423. El más antiguo, de 1129, se trata del privilegio del rey Alfonso I el Batallador concediendo el Fuero de Jaca a los francos del Burgo de San Cernin.[11]

Creación del archivo

En la Sesión del Pleno del 8 de marzo de 1566 la corporación del "regimiento" de Pamplona adopta «acuerdo expreso para la creación del Archivo de la ciudad, encomienda que encargan al regidor Miguel de Caparroso.»[7]​ El progresivo aumento de la documentación exige mayor atención para su custodia y organización, labor que realizan inicialmente los secretarios municipales hasta que su volumen haga necesario una figura con dedicación sobre la que recaiga la tarea.

En 1598 el secretario Martín de Senosiáin hace el primer «inventario de todos los Privilegios, Escrituras, Patentes y papeles de la dicha Ciudad» haciendo de su propia «mano y letra traslados fehacientes en un libro encuadernado de becerro».[12]​ Para 1637, por disposición de la corporación, se elabora un nuevo inventario documental para que se «hallen con brevedad y sabiéndose dónde están.» Siendo ya una tarea inmensa el acta de la sesión del 19 de agosto de 1637 expresa que se faculta a «Miguel de Jáuregui, vecino de Pamplona, que tiene mucha noticia de los dichos papeles para que, asistiéndolo el secretario, los vean y reconozcan y pongan en forma y haya registro de ellos.»[13]

Durante el siglo siguiente, al paso de los acontecimientos y contratiempos, se va regulando el uso del archivo y determinando su organización, actualizando los inventarios y en 1781 la actualización de los libros Becerro «en los que hace mucho tiempo, se dice, que no se habían copiado nuevos documentos, pese a la relevancia de algunos de ellos, "pues existiendo en papeles sueltos con facilidad se confunden sin poderse hallar cuando se buscan."»[14]

Sede

La sede del archivo está situada, desde el año 1986, en edificio del antiguo Seminario de San Juan Bautista, una construcción emblemática de la ciudad levantado en el siglo XVIII, situado en el corazón de la ciudad.[1]​ Comparte el lugar con otros servicios municipales y está situado a poco distancia del consistorio pamplonés, en la calle del Mercado, muy cerca del Mercado de Santo Domingo, del Museo de Navarra y del Archivo Real y General de Navarra.

El baztanés Juan Bautista de Iturralde, marqués de Murillo el Cuende, y su esposa Manuela Munárriz fundan el 10 de septiembre de 1734 el seminario que sirve de actual sede al archivo. Mediante la compra a los PP. Predicadores del vecino convento de Santo Domingo del solar que «está contiguo al citado Convento, y por las dos partes afronta con él, y por la otra con la cuesta que se sube el Palacio Real de dicha Ciudad, y calle pública, frente al Vínculo, o Pósito de Trigo de ella (actual mercado)" se proyecta levantar el actual edificio.[15][16]

Fondos

Los contenidos albergados se dividen en histórico y administrativo.[17]

Documentos históricos

El documento más antiguo conservado es un Privilegio fechado en 1129, otorgado por el rey Alfonso el Batallador a los habitantes francos del Burgo de San Cernin donde recoge el Fuero de Jaca, concedido.[1][7]

Las series documentales más significativas que se conservan, aunque no siempre se les ha denominado de igual manera, son:[18]

  • Fecha del documento más antiguo: 1129-01-01
  • Libros de Actas del Pleno, desde 1556, con escasas lagunas.
  • Reglamentos y Ordenanzas, desde 1560.
  • Padrones de Habitantes, desde 1556.
  • Expedientes de Propios, desde 1489.
  • Mandamientos de pago, desde 1580.
  • Licencias de Obras, desde 1786.
  • Expedientes de Obras municipales, desde 1535.
  • Expedientes de Enseñanza Pública, desde 1556.
  • Expedientes de Sanidad, desde 1599
  • Expedientes de Beneficencia, desde 1552
  • Expedientes de Festejos, desde 1462

Hemeroteca

La institución conserva un gran número de cabeceras y ejemplares de prensa histórica de Navarra hasta 1940. Ello le ha permitido aportar un centenar de títulos al proyecto de «Catalogación de Prensa Histórica Navarra hasta 1940» llevado a cabo en colaboración con las bibliotecas de la Universidad Pública de Navarra, de la Universidad de Navarra, del Archivo Real y General de Navarra y de la Biblioteca General de Navarra.[19]​ Una de estas aportaciones significativas se corresponde con La Avalancha, revista ilustrada que durante más de 50 años (1895-1950) retrató gráficamente la radical transformación de la ciudad, desde el derribo de sus murallas hasta el nacimiento del Segundo Ensanche.

Fototeca

Este fondo merece una especial mención dada su procedencia y antigüedad, la naturaleza y la morfología de sus materiales. Es una sección «dedicada a la recogida, instalación, organización, descripción, evaluación y selección, acceso y difusión del Fondo fotográfico producido por el Ayuntamiento de Pamplona, y de otros Fondos y Colecciones de carácter no municipal, considerados de interés para la historia contemporánea de Pamplona y para la historia de la técnica fotográfica y de sus autores, en un intento de poner la producción fotográfica local en el lugar que le corresponda, dentro del ámbito de la historia de la fotografía.»[20]

Muy vinculado con la mencionada publicación de La Avalancha está fotógrafo pamplonés Aquilino García Deán, que, además de funcionario y concejal, fue director de aquella desde 1910. Su legado del fondo fotográfico cimentó esta sección que ha visto crecimiento con la incorporación de materiales de otras colecciones como la procedente de José Joaquín Arazuri, de los socios Zubieta y Retegui, fotógrafos profesionales al igual que F. Galle, otro fondo relevante, o la aportada por la Comparsa de Gigantes y Cabezudos.[21]

Biblioteca auxiliar

Contiene una colección de obras especializadas, además de publicaciones generales, con más de siete mil volúmenes, especialmente con temas pamploneses. También custodia la biblioteca musical y los libros personales procedentes del legado testamentario de Pablo Sarasate.[22]

Archiveros municipales

La tarea recaía en los secretarios municipales hasta que se hace necesaria dedicación exclusiva. De entre ellos destacan algunos por su especial dedicación a las tareas archivísticas como «saga» de los Urrelo iniciada por Valentín Pérez de Urrelo, secretario durante cuarenta años (1731-1773), su yerno, Joaquín López, que desarrolló una fundamental labor en la confección de índices de las Consultas desde 1556 hasta su época (dimitió en 1811) y, por último, su hijo Serafín López, cesado en 1834 por desafección a Isabel II, autor del Libro de Oro. Notas diversas útiles a los Secretarios de Ayto. de la M. N., M. L. y M. H. Cd. de Pamplona (My Noble, Muy Leal y Muy Honorable Ciudad de Pamplona).[4]

De los secretarios municipales del siglo XIX destaca Pablo Ilarregui, liberal y erudito correspondiente de la Real Academia de la Historia y Vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra, que, al jubilarse en 1873 tras treinta y tres años de servicio, recibió el título de «Secretario Honorario» además del título de «Archivero y Consultor de la Corporación».[23]

Desde 1896 han sido archiveros municipales las siguientes personas:[24]

  • Mariano Arigita y Lasa (1896-1903), archivero también de la Catedral de Pamplona y de la Diputación Foral de Navarra.
  • Carlos Martínez de Ubago (1903)
  • Pascasio Sagredo Larraona (1905-1906)
  • Leandro Olivier Insausti (1906-1946)
  • Vicente Galbete Guerendiáin (1946-1973)
  • Elías Martínez de Lecea (1973-1975)
  • José Luis Molins Mugueta (1975-2010)
  • Ana D. Hueso Pérez (2011-act.)

Véase también

  • Ayuntamiento de Pamplona
  • Archivo Real y General de Navarra
  • Archivo Municipal de Tudela
  • Asociación de Archiveros de Navarra
  • Biblioteca Navarra Digital
  • Museo Pablo Sarasate (Pamplona)
Collection James Bond 007

Notas

Referencias

Bibliografía

  • Fortún Pérez de Ciriza, Luis Javier (1987). «Situación y perspectivas de los Archivos de Navarra». Príncipe de Viana. Anejo (6): 17-54. ISSN 1137-7054. Consultado el 21 de febrero de 2023. 
  • Hueso Pérez, Ana María (2016). «Archivo Municipal de Pamplona». Príncipe de Viana 77 (266): 1125-1139. ISSN 0032-8472. Consultado el 20 de febrero de 2023. 
  • Molins Mugueta, José Luis (1995). «El Archivo Municipal». Pamplona - Iruña. Casa Consistorial. Ayuntamiento de Pamplona. pp. 112-123. ISBN 9788492040025. OCLC 39047691. Consultado el 20 de febrero de 2023. 

Enlaces externos

  • «Biblioteca Auxiliar del Archivo Municipal de Pamplona (consulta en línea)». archivo.pamplona.es. Consultado el 20 de febrero de 2023. 
  • «Fototeca de Pamplona». archivo.pamplona.es. Consultado el 20 de febrero de 2023. 
  • «Hemeroteca de Pamplona». archivo.pamplona.es. Consultado el 20 de febrero de 2023. 
  • Valero Roncal, Lucía (19 de marzo de 2023). «Entramos en el Archivo de Pamplona: estos son sus tesoros más ocultos y desconocidos». Navarra.com. Consultado el 13 de diciembre de 2023. 



Text submitted to CC-BY-SA license. Source: Archivo Municipal de Pamplona by Wikipedia (Historical)


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