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Urcaguary


Urcaguary


Urcaguary (también como: Urcaguari o Urkawari) es la deidad de los tesoros, los metales, las joyas y objetos subterráneos de gran valor en la mitología incaica.[1]​ Se le define como una deidad de carácter ctónico; pues esta reside en el interior de las montañas, es decir, en lugares que comprenden lo profundo del Uku Pacha.

Historia

La historia de Urcaguary es un misterio, pues no se conocen muchas referencias acerca de dicha divinidad.

A pesar de ello, existen leyendas andinas de criaturas míticas que comparten características semejantes a Urcaguary. Es menester resaltar que, muchas leyendas cambian y se adaptan por generaciones, lo que deja como posibilidad de que estas leyendas andinas puedan ser modificaciones y/o readaptaciones de esta deidad.

Dentro del amplio imaginario andino, se tienen a las siguientes criaturas mitológicas:

Uscaiguai

Los agustinos, en la Relación de idolatrías de Huamachuco, hacen referencia a la existencia de un ser mítico llamado Uscaiguai. Esta criatura mezcla características de serpiente, felino y venado. En dicha relación, se expone lo siguiente:[2][3]

Venado encantado de Carcas

Se dice que en Carcas, pequeño poblado del distrito de Chiquián ubicado en la provincia de Bolognesi, existe un cerro conocido como Huayna. En su interior yace un majestuoso tesoro que los incas escondieron de la codicia de los españoles. El dios Sol (posiblemente Wiracocha o Inti) decretó que un venado corpulento, de hermosa piel y cuernos resplandecientes, debía tener la eterna misión de custodiarlo.

Desde entonces, el bello animal ronda por los parajes del dicho lugar, restringiendo que cualquiera llegue a descubrir la entrada de la caverna. Pero el demonio una vez estuvo a punto de dar con ella. Y por eso, el bravío venado, emprendió contra él una batalla feroz. En las crudas épocas del invierno, cuando la Tierra queda inmersa en una melancólica neblina, y el rocío cae tristemente de las hojas, la batalla se torna más encarnizada. Durante las noches lóbregas y heladas, el cerro se estremece ante el fragor de la sangrienta pelea, fragor que silencia el estrépito de las torrentosas aguas de los tres arroyuelos que surcan el lugar. A pesar de la ferocidad del demonio, el formidable guardián de brillante piel y alzadas astas logra vencerlo; y el enemigo vencido aumenta el caudal de uno de los arroyuelos.

También se menciona que una vez, dos cazadores habían seguido los rastros de un venado. Después de una fatigosa caminata, habían llegado a la boca de una cueva, en la cual las huellas se dirigían hacia su interior. Estos se adentraron alumbrándose con una antorcha y a su luz pudieron visualizar esqueletos humanos, potes y otros objetos de alfarería. Al ver tal escena, se atemorizaron y abandonaron la enigmática cueva. Mientras trataban de regresar, uno de ellos resbaló y al levantarse apoyando sus manos en el suelo remojado por las lluvias, descubrió una galería subterránea. Al curiosear en ella, notaron que estaba repleto de alhajas de oro y piedras preciosas. Atónitos por tal descubrimiento, quisieron cargar con todas las riquezas y, mientras divisaban por el campo, vieron a un venado de singular gallardía; pero ni se les ocurrió cazarlo. Anduvieron por los alrededores en busca de un burro para cargar la fortuna a sus hogares, pero tuvieron la desdicha de no poder encontrar uno. Entonces, fueron al sitio donde habían encontrado la galería, con la intención de llenar sus alforjas con las joyas, mas no pudieron dar con ella. En la búsqueda desesperada, ambos se perdieron y nadie supo el paradero de ellos.

El venado que había sido divisado anteriormente no era nadie más que el suspicaz guardián de la gigantesca riqueza (el venado encantado de Carcas). Como castigo, el mítico venado convirtió a los extraviados cazadores en dos arroyuelos que empezaron a correr junto al que ya existía, el cual era fruto de la transformación de los demonios que fueron vencidos por el impetuoso animal en anteriores encuentros.[4]

Huaracuy

El Huaracuy (también como: Huarakuy o Warakuy) es un ser mitológico muy recurrente en la literatura oral de Huánuco. Esta criatura es de carácter ctónico y suele habitar en lo profundo de las lagunas y otros lugares subterráneos. Asimismo, se considera al Huaracuy como el protector de las riquezas, los minerales y las sabidurías que existen en el distrito de Huántar.

Respecto a su apariencia, las fuentes pueden variar. En una de ellas, se menciona al Huaracuy como una colosal serpiente de iridiscentes plumas y cerdas multicolores. En otra fuente, el Huaracuy es descrito como una serpiente alada de fiero rostro, larga y descomunal cola, cuya cabeza es una mezcla extraordinaria de puma y ternera.

Asimismo, esta criatura tiene la habilidad de transformarse en varios elementos. Por lo general, se manifiesta como: fenómenos atmosféricos, animales bizarros, personas, etc.[5]

A diferencia de las dos criaturas vistas anteriormente, el Huaracuy es el único que tiene algunas connotaciones malignas; pues existen leyendas que lo referencian como un demonio. Como ejemplo a lo anterior, se tiene a la leyenda de "María Rupay".[6]​ Del mismo modo, se tiene la creencia de que su sola presencia anuncia el preludio de huaycos y/o deslizamientos, lluvias torrenciales, etc.[5]

Representación

Urcaguary es una deidad descrita como una colosal serpiente con cabeza de taruca. Se dice que su escurridizo cuerpo le ayuda a escabullirse debajo de la tierra. Asimismo, su extensa cola se encuentra enlazada con numerosas cadenas de oro, piedras preciosas y otras joyas.[1]

Función

Urcaguary era la deidad incaica patrona de los tesoros y como tal, protege estos codiciados objetos de cualquiera que ose robárselos. Estos tesoros, al igual que en otras leyendas andinas, se encuentran escondidos bajo tierra y/o en el interior de grandes montañas.

Véase también

  • Amaru
  • Fucanglong
  • Hidra de Lerna
  • Kuychi
  • Mitología incaica
  • Religión incaica
  • Uku Pacha

Referencias

Collection James Bond 007

Text submitted to CC-BY-SA license. Source: Urcaguary by Wikipedia (Historical)