La enfermedad de mano-pie-boca (también conocida como fiebre aftosa humana o HFMD por sus siglas en inglés) es una leve dolencia viral, cuyos síntomas principales son dolor en la boca y presencia de pequeñas ampollas, úlceras o aftas. Los dos tipos de virus que la causan son el Coxsackievirus y el Enterovirus.[1] No debe ser confundida con la otra fiebre aftosa o glosopeda, que es una afección del ganado y que probablemente es mucho más conocida por el público.[2]
Los virus que causan la HFMD se propagan a través del contacto personal cercano, a través del aire de la tos y las heces de una persona infectada.[3] Los objetos contaminados también pueden propagar la enfermedad.[3] El Coxsackievirus A16 es la causa más común, y el enterovirus 71 es la segunda causa más común.[4] Otras cepas de coxsackievirus y enterovirus también pueden ser responsables.[4][5] Algunas personas pueden ser portadoras y transmitir el virus a pesar de no tener síntomas de la enfermedad.[6] Otros animales no están implicados.[3] El diagnóstico a menudo se puede hacer basándose en los síntomas.[7] En ocasiones, se puede analizar una muestra de garganta o de heces para detectar el virus.[7]
El lavado de manos puede prevenir el contagio, y los infectados no deben ir al trabajo, a la guardería o a la escuela.[3] No se dispone de ningún fármaco/medicamento antiviral ni de ninguna vacuna, pero se está trabajando en su desarrollo.[8][9] La mayoría de los casos no requieren un tratamiento específico.[10] Se puede utilizar una simple medicación para el dolor como ibuprofeno o un gel anestésico bucal.[11] En ocasiones, se administran líquidos intravenosos a los niños que no pueden beber lo suficiente.[12] En raras ocasiones, la meningitis viral o la encefalitis pueden complicar la enfermedad.[13]
La HFMD se da en todas las zonas del mundo.[14] Suele producirse en pequeños brotes epidémicos en guarderías o jardines de infancia.[15] Desde 1997 se producen grandes brotes en Asia.[14] Suele producirse durante los meses de primavera, verano y otoño.[14] Normalmente se da en niños menores de cinco años, pero ocasionalmente puede darse en adultos.[15][6]
Ataca especialmente a los niños que empiezan a andar, aunque puede aparecer a cualquier edad. Esto ocurre particularmente cuando hace calor, normalmente en el verano o a principios del otoño.
Las mujeres embarazadas deben evitar exponerse a la fiebre aftosa ya que puede causar una infección viral más grave en el niño que todavía no ha nacido y, con ella, posibles defectos de nacimiento. Sin embargo el riesgo es pequeño.[15]
Los síntomas de la fiebre aftosa empiezan de tres a seis días después de estar expuesto a ella e, inicialmente, son[13]:
Pasados un par de días, empiezan a aparecer ampollas pequeñas pero de aspecto normal. Estas pueden variar de tamaño, desde 2 a 4 mm. Dichas ampollas están rodeadas de un área pequeña de coloración rojiza.
Aparecen generalmente:
Los virus que causan la enfermedad son de la Picornaviridae familia. El Coxsackievirus A16 es la causa más común de HFMD.[4] Enterovirus 71 (EV-71) es la segunda causa más común.[4] Muchas otras cepas de coxsackievirus y enterovirus también pueden ser responsables.[4][5]
La HFMD es muy contagiosa y se transmite por secreciones nasofaríngeas como la saliva o el moco nasal, por contacto directo o por transmisión fecal-oral. Es posible ser infeccioso durante días o semanas después de la resolución de los síntomas.[3]
Los entornos de cuidado infantil son los lugares más comunes en los que se contrae la HFMD debido al entrenamiento para ir al baño, los cambios de pañal y el hecho de que los niños a menudo se llevan las manos a la boca.[16]La HFMD se contrae a través de secreciones de nariz y garganta como saliva, esputo, moco nasal y así como el líquido de las ampollas y las heces.[17]
No existe tratamiento específico para la enfermedad de manos, pies y boca. Síntomas individuales, como la fiebre o el dolor de las ampollas pueden ser aliviados con el uso de medicamentos, aunque la mayoría de las ampollas desaparecen sin ulcerarse, romperse o dejar cicatrices. La fiebre aftosa es una enfermedad viral que tiene que seguir su curso; muchos doctores no recetan medicamentos, a menos que la infección sea severa. Es usualmente recomendable que al niño afectado se le deje reposar en casa hasta que la infección ceda. Los reductores de fiebre ayudarán a controlar las altas temperaturas. Baños tibios también sirven para bajar la temperatura. El único medicamento recomendado es el paracetamol.
En 2018, la Comisión Nacional de Salud de China reunió a un grupo de expertos para revisar sus directrices para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de manos, pies y boca. Se recomienda el consumo de hierbas medicinales chinas, prescritas por médicos certificados, para despejar los síntomas.[18]
Solamente una pequeña minoría de los pacientes requiere atención de hospital, principalmente producto de complicaciones neurológicas, tal como la encefalitis, la meningitis, los edemas agudos de pulmón o las hemorragias pulmonares.[5]
La enfermedad de manos, pies y boca se presenta con mayor frecuencia en niños menores de 10 años[19][20]y más a menudo menores de 5 años, pero también puede afectar a adultos con síntomas variables.[16]Tiende a producirse en brotes durante las estaciones de primavera, verano y otoño.[4]Se cree que esto se debe a que el calor y la humedad mejoran la propagación. [17] La HFMD es más frecuente en las zonas rurales que en las urbanas; sin embargo, hay que tener en cuenta el nivel socioeconómico y los niveles de higiene. [21] La falta de higiene es un factor de riesgo de la HFMD.[22]
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