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El capital


El capital


El capital: crítica de la economía política (en alemán: Das Kapital. Kritik der politischen Ökonomie, pronunciado /das kapiˈtaːl kʁɪˈtiːk deːɐ poˈliːtɪʃən økonoˈmiː/; 1867-1883) es un texto teórico fundamental en la filosofía, economía y política de Karl Marx. Como reza su subtítulo, una investigación crítica de la economía política; al mismo tiempo, ha sido también leído como una obra de filosofía, como un tratado de economía, o como un tratado político sobre las relaciones de dominación entre las clases, de un lado los proletarios y de otro los burgueses.[1]​ Marx pretendía revelar los patrones económicos que sustentan el "modo de producción capitalista" en contraste con los economistas clásicos como Adam Smith, Jean-Baptiste Say, David Ricardo y John Stuart Mill.

La obra fue publicada en tres tomos. Si bien Marx no vivió para publicar la segunda y tercera parte de la obra, ambas fueron completadas a partir de sus notas y publicadas después de su muerte por su compañero Friedrich Engels. Estos son:

  1. Tomo I. El proceso de producción del capital.
  2. Tomo II. El proceso de circulación del capital.
  3. Tomo III. El proceso global de la producción capitalista o el proceso de producción capitalista, en su conjunto.

Desde su publicación El Capital ha sido traducido en varios idiomas como el ruso, francés, italiano, polaco, danés, español, inglés, portugués, vietnamita, japonés, mandarín, árabe y farsi.

Se han presentado muchas razones porqué la obra quedó inacabada, entre ellas la mala salud de Marx, compromisos obstaculizaron su investigación y la búsqueda de material nuevo para fundamentar sus teorías.[2][3]​ Hasta qué punto los tres volúmenes de El Capital siguen el plan original de seis libros es un tema controvertido.[4][5][6]

Un cuarto tomo titulado Teorías sobre la plusvalía fue completado y publicado después de la muerte de Engels por el filósofo marxista Karl Kautsky. El capital es el libro de ciencias sociales más citado anterior a 1950.[7]

En 2013, la UNESCO registró el primer tomo de El capital junto con el Manifiesto comunista en el Programa Memoria del Mundo.[8]

Historia de la publicación

Entre 1861 y 1863, Marx trabajó en una intensa investigación y en la redacción de un extenso manuscrito (que posteriormente fue publicado bajo el título Teorías sobre la plusvalía). Sobre este trabajo desarrolló el plan de redactar entre 1863 y 1865 los manuscritos para una obra independiente de tres libros.[2]​ La investigación de la literatura político-económica disponible le requirió doce años, generalmente en la Biblioteca Británica de Londres. Fue gracias a la financiación de su amigo y colaborador Friedrich Engels por la que dicho libro salió adelante. Como escribió Marx:

¡Solo a ti te debo que fue posible! Sin su autosacrificio por mí, no podría haber logrado el inmenso trabajo que exigieron los 3 volúmenes.[10]

Marx explicó en el prólogo de la edición alemana del primer tomo de 1867 que su intención era publicar un segundo tomo del "proceso de circulación del capital (libro II) y de los aspectos del proceso en su conjunto (libro III)"; y un tercer tomo sobre "la historia de la teoría".[11]​ Marx solo alcanzó a publicar en vida la versión alemana del primer libro de El capital, por el editor de Hamburgo Otto Meissner en una tirada inicial de 1000 ejemplares en 1867, dedicado a Wilhelm Wolff.[12]​ La edición original alemana no llegó a ser prohibida por el Comité Central de Censores de Publicaciones Extranjeras.[13]​ La segunda edición alemana de este libro, corregida y aumentada, fue dirigida por Marx e impresa por fascículos entre 1872 y 1873.[14]​ También en 1872 se publicó la primera traducción rusa. Entre 1872 y 1875 Marx preparó la versión francesa.[1]​ Luego de la muerte de Marx fue publicada una tercera edición «aumentada» del primer tomo a cargo de Engels en 1883 y varias traducciones de la obra a partir de los manuscritos que Marx dejó.[14]​ Los dos libros del segundo tomo mencionado fueron divididos por Engels en dos tomos y publicados 1885 y 1894 respectivamente. Tras la muerte de Engels, Karl Kautsky "publicó en 1914 una edición popular (Volksausgabe), que conoció numerosas reimpresiones".[14][15]​ Durante el periodo de posguerra de la Segunda Guerra Mundial se publicó una edición alemana de los tres tomos dentro de las Marx-Engels-Werke basados en la traducción rusa del Instituto Marx-Engels-Lenin de 1932.[14]​ Por último, el "tercer tomo" al que Marx se refirió iba a ser publicado como "libro cuarto" de El capital por Engels[14]​ pero fue finalmente publicado como una obra aparte bajo el nombre Teorías sobre la plusvalía por Karl Kautsky entre 1905 y 1910.[16]

Según Paul Lafargue, «nunca estaba Marx contento de lo que hacía» y su obra tuvo varias reediciones.[14]​ Se han presentado muchas razones porqué la obra quedó inacabada, entre ellas la mala salud de Marx, compromisos obstaculizaron su investigación y la búsqueda de material nuevo para fundamentar su teorías y dar soluciones a problemas teóricos, como la transformación de los valores laborales en precios de producción.[2][3]​ Paul Samuelson rechazó que Marx abandonó la teoría del valor del tomo I en favor de una teoría de precios en el tomo III, ya que este último fue escrito antes de la publicación del primero.[17]

Edición de Engels

Friedrich Engels editó y publicó los tomos II y III de El capital a partir de los manuscritos dejados por Marx, pero tuvo que dar los textos de Marx una forma apropiada para la publicación y llenar algunas lagunas de apartados indicados pero no redactados, además de responder a sus críticos.[18]​ Estos intentos de presentar la obra lo más fiel posible por parte de Engels fue criticada durante su época.

“Al editarlo, lo que me interesaba sobre todo era preparar un texto lo más auténtico posible, presentar los nuevos resultados obtenidos por Marx, en lo posible, con las propias palabras de éste, e inmiscuirme sólo cuando era absolutamente inevitable, pero aun en ese caso no dejar en el lector duda alguna acerca de quién se estaba dirigiendo a él. Se me ha reprochado eso, se ha opinado que hubiese debido transformar el material a mi disposición en un libro sistemáticamente elaborado, en faire un livre [hacer de ello un libro], como dicen los franceses o, en otras palabras, sacrificar la autenticidad del texto a la comodidad del lector”.[19]

Hasta qué punto los tres tomos de El capital siguen el plan original de seis libros es un tema controvertido.[4][5][6]​ El economista italiano Achille Loria se llegó a cuestionar que:

"¿Es realmente cierto que Marx haya escrito con intención de publicar esta mezcolanza de notas incoherentes, que Engels compuso con piadosa amistad? ¿Es realmente lícito suponer que Marx haya... confiado a estas páginas la coronación de su obra y de su sistema?".[20]

Cuando los manuscritos de Marx del tomo III estuvieron disponibles en 1993 como parte del Marx-Engels-Gesamtausgabe (MEGA) Michael Heinrich notó que "Engels hizo modificaciones significativas", especialmente "en el área de la teoría de la crisis, la teoría del crédito y la relación entre el capitalismo y la producción de mercancías".[2]​ Además, "las partes completamente desarrolladas de su trabajo, como la teoría del valor y el dinero del primer volumen, incluyen una serie de ambivalencias, lo que hace que parezca cuestionable si era posible de alguna manera completar El Capital sobre la base dada".[2]

"Mientras que el segundo ensayo de El capital (1866-1870) presenta, en múltiples respectos, una precisión, elaboración y ampliación del primer ensayo de 1863-1865, el tercer ensayo (1871-1881) muestra una nueva fase de formación de la obra al completo, lo que queda corroborado también por los testimonios del Marx tardío. Los manuscritos, apuntes e intereses de la investigación de este tercer ensayo no logran desembocar en una obra acabada. Lo que Marx ha dejado tras de sí no es tanto una obra acabada cuanto un programa de investigación cuyos vastos contornos quedan ahora a la vista a la luz de la MEGA".[21]

Al comentar estas críticas, Fred Mosely señala aun así el mérito editorial de Engels por editar los manuscritos de Marx en una obra de gran beneficio para la izquierda política pero son en los manuscritos de Marx donde se debería constituir la base de futuras investigaciones. Paul Blackledge concluye que "incluso una interpretación caritativa del papel de Engels como editor de Marx no puede ignorar el hecho de que malinterpretó en gran medida la teoría del valor de Marx de una manera que tuvo implicaciones teóricas y políticas profundamente nocivas para el marxismo del siglo XX".[22]​ Estas posturas también han sido criticadas y generó una serie de defensas del trabajo editorial de Engels.[23]

Influencias

El propósito de El capital fue brindar una base científica para la política del movimiento obrero moderno. Los análisis estaban destinados a "llevar una ciencia, mediante la crítica, al punto en que puede ser representada dialécticamente" y así "revelar la ley del movimiento de la sociedad moderna" para describir cómo el modo de producción capitalista es el precursor del modo de producción socialista.[24]​ El contenido es una crítica de la economía clásica de Adam Smith y David Ricardo, basándose en el método dialéctico que Hegel desarrolló en Fenomenología del espíritu. Marx aclara que el fundamento de su método dialéctico durante El capital es materialista, a diferencia de Hegel que era idealista. Así, para Marx “lo ideal no es más que lo material transpuesto y traducido en la cabeza del hombre”.[25]

Otras influencias intelectuales en El capital fueron los socialistas franceses Charles Fourier, Henri de Saint-Simon, Jean Charles de Sismondi y Pierre-Joseph Proudhon.[cita requerida] En la obra, Marx también cita a Charles Darwin,[26]​ de quien se consideraba un admirador y a quien regaló una copia del libro. Marx concluyó que “se debe escribir una historia de la tecnología como la que Darwin ha escrito en el mundo natural sobre la formación de los órganos animales y vegetales”.[27]

La estructura lógica de El capital se deriva en parte de la Política y la Ética a Nicómaco de Aristóteles, incluida la distinción fundamental entre valor de uso y valor de cambio, los silogismos (Mercancía-Dinero-Mercancía y el segundo, Dinero-Mercancía-Dinero) para la circulación mercantil simple y la transformación del dinero en capital. Además, la descripción de la maquinaria bajo las relaciones capitalistas de producción como "autómatas que actúan por sí mismos" se deriva de las especulaciones de Aristóteles sobre los instrumentos inanimados capaces de obedecer órdenes como condición para la abolición de la esclavitud. En el siglo XIX, la investigación de Marx de la literatura político-económica disponible requería doce años, generalmente en la Biblioteca Británica de Londres.[28]

Temas

En El capital (1867), Marx propone que la fuerza motivadora del capitalismo está en la explotación del trabajo, cuyo trabajo no remunerado es la fuente última de plusvalía. El propietario de los medios de producción puede reclamar el derecho a esta plusvalía porque están jurídicamente protegidos por el régimen vigente a través de los derechos de propiedad y la distribución de acciones legalmente establecida, que por ley se distribuyen únicamente a los propietarios de las sociedades y sus directores. La sección histórica muestra cómo estos derechos se adquirieron en primer lugar principalmente a través del saqueo y la conquista y la actividad del comerciante y el"intermediario". Al producir capital, los trabajadores reproducen continuamente las condiciones económicas en las que trabajan. El capital propone una explicación de las "leyes de movimiento" del sistema económico capitalista desde sus orígenes hasta su futuro describiendo la dinámica de la acumulación de capital, el crecimiento del trabajo asalariado, la transformación del lugar de trabajo, la concentración de capital, la competencia comercial, el sistema bancario, la caída de la tasa de ganancia, las rentas de la tierra, etcétera. La crítica a la economía política del capitalismo propone:

  • La mercancía es la "forma celular económica" básica (unidad comercial) de una sociedad capitalista.[29]​ Marx explica en el prólogo a la primera edición alemana que el primer tomo de 1859 que su análisis no será moral sino histórico-natural, donde las personas son solo "personificación de categorías económicas, como portadores de determinadas relaciones e intereses de clase”.[30][31]​ Además, debido a que el comercio como actividad humana no implicaba moralidad más allá de la requerida para comprar y vender bienes y servicios, el crecimiento del sistema de mercado hizo entidades discretas de las esferas económica, moral y legal de la actividad humana en la sociedad; por tanto, el valor moral subjetivo está separado del valor económico objetivo.[32]​ Posteriormente, la economía política (la justa distribución de la riqueza) y la "aritmética política" (sobre los impuestos) se reorganizaron en tres campos discretos de la actividad humana, a saber, la economía, el derecho y la ética: la política y la economía se divorciaron.
  • "La formación económica de la sociedad [es] un proceso de historia natural".[29]​ Así, es posible que un economista político estudie objetivamente las leyes científicas del capitalismo, dado que su expansión del sistema comercial de mercado había objetivado las relaciones económicas humanas. El uso del dinero (el nexo del efectivo) anuló las ilusiones religiosas y políticas sobre su valor económico y las reemplazó con el fetichismo de las mercancías, la creencia de que un objeto (mercancía) tiene un valor económico inherente. Debido a que la formación económica social es un proceso histórico, ninguna persona puede controlarlo o dirigirlo, creando así un complejo global de conexiones sociales entre capitalistas. La formación económica (comercio individual) de una sociedad precede así a la administración humana de una economía (comercio organizado).
  • En un postfacio del primer tomo de 1872, Marx describe que la ciencia económica burguesa, siendo Ricardo su último gran representante, no puede conciliar “el antagonismo de los intereses de clase”.[25]​ Las contradicciones estructurales de una economía capitalista (en alemán: gegensätzliche Bewegung) describen el movimiento contradictorio que se origina en el carácter dual del trabajo y, por lo tanto, la lucha de clases entre el trabajo y el capital, el trabajador asalariado y el propietario de los medios de producción. Estas contradicciones económicas capitalistas operan "a espaldas" de los capitalistas y los trabajadores como resultado de sus actividades y, sin embargo, permanecen más allá de sus percepciones inmediatas como hombres y mujeres y como clases sociales.[33]
  • Las crisis económicas (recesión, depresión, etc.) que tienen sus raíces en el carácter contradictorio del valor económico de la mercancía (unidad celular) de una sociedad capitalista son las condiciones que conducen a la revolución proletaria —que El Manifiesto Comunista (1848) identificado colectivamente como un arma forjada por los capitalistas que la clase obrera "volvía contra la propia burguesía".
  • En una economía capitalista, la mejora tecnológica y su consiguiente aumento de la producción aumentan la cantidad de riqueza material (valor de uso) en la sociedad al mismo tiempo que disminuyen el valor económico de la misma riqueza, disminuyendo así la tasa de ganancia, una paradoja característica de la crisis económica en una economía capitalista. "Pobreza en medio de la abundancia" como consecuencia de la sobreproducción y el subconsumo.

Después de dos décadas de estudios económicos y trabajos preparatorios (especialmente en lo que respecta a la teoría de la plusvalía), el primer volumen apareció en 1867 como El proceso de producción del capital. Después de la muerte de Marx en 1883, Engels presentó el Tomo II: El proceso de circulación del capital en 1885; y Tomo III: El proceso general de producción capitalista en 1894 a partir de manuscritos y el primer volumen. Estos tres volúmenes se conocen colectivamente como El capital.

Sinopsis

La obra publicada repetidamente en varios idiomas con el título de El Capital es un tratado en tres volúmenes, considerado unánimemente como la obra cumbre de Karl Marx. El primer tomo, dedicado a Wilhelm Wolff,[12]​ se publicó en su primera versión en Hamburgo en 1867; el segundo y el tercero, dedicados a su esposa Jenny von Westphalen,[34]​ fueron publicados por Friedrich Engels después de la muerte del autor, en 1885 y en 1894, respectivamente.

Tomo I. El proceso de producción del capital.

El primer libro es una exposición general del modo de producción capitalista, sus elementos básicos y su articulación visto de manera general y de manera analítica sin considerar ciertas variables (especialmente de la circulación), sino centrándose especialmente en la fase de producción que Marx considera el fundamento de todo el sistema capitalista y de manera general de todo modo de producción.[35]

El libro se divide en 7 secciones:

  • Sección 1: Mercancía y dinero
    • Capítulo 1. La Mercancía
      • 1. Valor de uso y valor de cambio. 2. Doble Aspecto del Trabajo. 3. El valor, realidad social, Forma del valor. 4. Apariencia material del carácter social del trabajo.
    • Capítulo 2. De Los Cambios
      • 1. Relaciones de los poseedores de mercancías: condiciones de esas relaciones. 2. La relación de cambios implica necesariamente la forma moneda. 3. La forma moneda va unida a los metales preciosos.
    • Capítulo 3. La Moneda o circulación de las mercancías
      • 1. Medida de los Valores. La forma precio. 2. Circulación de las mercancías. Curso de la moneda. El numerario o las especies y el papel moneda. 3. Reservas de oro y de plata o tesoros. El Dinero como medio de pago. La Moneda universal.
  • Sección 2: La transformación de dinero en capital
  • Sección 3: Producción del plusvalor absoluto
  • Sección 4: La producción del plusvalor relativo
  • Sección 5: La producción del plusvalor absoluto y del relativo
  • Sección 6: El salario
  • Sección 7: El proceso de acumulación del capital

La mercancía, el dinero y el capital en abstracto

El primer capítulo del libro, Marx lo dedica a un análisis dialéctico de la mercancía, pues parte del hecho de que la mercancía individual es la forma elemental de la riqueza social en el capitalismo. Marx analiza, siguiendo a la economía política clásica, a la mercancía en tanto valor de uso —un bien que satisface ciertas necesidades humanas— y en tanto valor de cambio —un bien que puede intercambiarse por otros bienes en una proporción determinada—. Pero para Marx el valor de cambio de una mercancía es una manifestación de algo más. Lo que permite que una cantidad X {\displaystyle X} de mercancía A {\displaystyle A} equivalga a una cantidad Y {\displaystyle Y} de mercancía B {\displaystyle B} es algo que no depende del carácter de valor de uso de las mercancías ni de los trabajos particulares con las que fueron producidas. Lo que hace posible la equivalencia es que ambas contienen la misma cantidad de «trabajo humano abstracto» materializado en ellas. Marx denomina como valor de las mercancías al trabajo socialmente necesario para su producción, siendo la magnitud del valor determinada por la cantidad (duración) de ese trabajo. A esta conclusión ya había llegado el economista David Ricardo, pero Marx la retoma de manera crítica y la profundiza.[36]​ El valor de cambio sería, entonces, la forma del valor.

Luego Marx analiza las diferentes formas del intercambio de mercancías. Desde el trueque ocasional —pues al principio se producía para el consumo inmediato y solo se intercambiaba el producto excedente— hasta que la producción se va orientando cada vez más hacia el intercambio, con lo que el intercambio se va haciendo más regular y, necesariamente, una mercancía particular —por ejemplo, el oro— se constituye en equivalente general de todas las demás. Por último, al transformarse este equivalente general en mercancía dinero, tenemos el reemplazo del oro en metálico por una representación del mismo, en monedas y en billetes.

El último apartado del primer capítulo Marx lo dedica a explicar el fetichismo de la mercancía. Como en la sociedad mercantil los productores solo se relacionan entre sí mediante el intercambio de sus mercancías, y como este intercambio es regulado por el valor de las mismas (proceso que ocurre "de espaldas a los productores"), las mercancías mismas se convierten en el sujeto del intercambio en vez de los productores. De esta manera, el intercambio aparece como una relación social entre cosas y una relación objetiva entre las personas.[37]

En los dos capítulos restantes de esta sección, Marx analiza el proceso de intercambio de las mercancías ( M M {\displaystyle M-M} en el caso de trueque, M D M {\displaystyle M-D-M} cuando ya existe el dinero; siendo M {\displaystyle M} mercancía y D {\displaystyle D} dinero) y los distintos papeles que cumple el dinero en la economía mercantil: como medida de los valores, como medio de circulación, como tesoro, como crédito, como dinero en sí y los diferentes aspectos económicos al respecto; también muestra cómo y por qué el dinero en tanto materialización de determinadas relaciones sociales, imprime determinadas cualidades a la sociedad en su conjunto y a sus individuos.[38]

Dado que el dinero es uniforme en calidad, solo se puede ganar por la transacción en términos de cantidad. El dinero que circula de esta manera gana en cantidad. Este proceso en cuestión constituye la transformación del dinero en capital.[39]

En la sección siguiente, que consta de un único capítulo, Marx estudia la transformación del dinero en capital. Si antes el intercambio simple de mercancías se representaba como M D M {\displaystyle M-D-M} , la transformación del dinero en capital Marx la representa como D M D {\displaystyle D-M-D'} , siendo D > D {\displaystyle D'>D} . La explicación de D > D {\displaystyle D'>D} está en que una de las mercancías compradas en la primera fase ( D M {\displaystyle D-M} ) es una mercancía que produce valor nuevo, plusvalor. Esa mercancía es la fuerza de trabajo.

El proceso de producción capitalista

A partir de la sección tercera, Marx entra a estudiar el proceso de producción capitalista en sí. Hasta ahora había estudiado en abstracto a la sociedad mercantil, donde solo existían productores de mercancías. Ahora estudia en abstracto la sociedad burguesa donde existen capitalistas y asalariados. En la sociedad mercantil simple el proceso de producción tiene un carácter dual: por un lado proceso de producción de bienes y por el otro proceso de producción de valor. En la sociedad capitalista el proceso de producción también tiene un carácter dual, pero distinto al de la sociedad mercantil: por un lado es proceso de producción de bienes y por el otro es proceso de producción de capital, de valor que se valoriza a sí mismo. Lo que distingue a la sociedad capitalista es la organización de la producción con base en el trabajo asalariado, esto es, el alquiler de la fuerza de trabajo.

La fuerza de trabajo, productora de las mercancías, se cambia, se compra y se vende como otra mercancía cualquiera y obedece a las mismas leyes del mercado, sin importar que detrás de ellas hay un hombre, con su familia: el proletario. Este proletario es libre, dice Marx parodiando el lema de la revolución francesa- pero Marx hace notar que es en realidad libre en un doble sentido: libre (o sea carente) de medios de existencia y de medios de producción (y por tanto si no vende su trabajo no sobrevive) pero libre de venderle su fuerza de trabajo al capitalista que él elija de entre los interesados en comprarla. El trabajador asalariado vende su capacidad para trabajar, pero esta es una capacidad inseparable de la persona, y no se puede vender aisladamente; por esto una vez hecho el contrato entre capitalista y trabajador, este, su personalidad completa, su cuerpo entero pasa a manos del otro.[40]

En los capítulos siguientes Marx analiza las distintas formas del capital según su función en el proceso de valorización (capital constante y capital variable), el plusvalor en su forma relativa y absoluta, la jornada laboral (su extensión e intensidad) y su división en trabajo necesario y plustrabajo, la tasa y la masa de plusvalor, el papel de la cooperación en el taller o fábrica (que, gracias a la optimización de la división técnica del trabajo por la manufactura, resulta en una fuerza de trabajo social superior a la suma de las fuerzas de trabajo individuales), un análisis histórico de las condiciones tecnológicas en las que se realiza la producción capitalista (desde la manufactura hasta la gran industria mecanizada), una descripción -y denuncia- de las condiciones de vida de la clase obrera inglesa, un análisis de las distintas formas de salario y por último, en la última sección, un análisis de la acumulación del capital.

El proceso de trabajo capitalista es un proceso de valorización y además de producción de un plusvalor. Lo que comienza con una inversión de cierta cantidad de dinero hecha por el capitalista termina, después del ciclo, en un aumento de esa cantidad. En apariencia es como si el dinero se hubiese multiplicado por sí mismo. Marx pasa a analizar y criticar las distintas maneras en que los economistas clásicos han intentado explicar este aumento, y cómo han fracasado de uno u otro modo, pero al profundizar en la teoría del valor de David Ricardo, Marx logra explicar el secreto de la plusvalía al mismo tiempo mientras estudia y expone el funcionamiento del modo de producción capitalista. La formación de la plusvalía en el sistema capitalista, expone Marx, se efectúa de la siguiente manera:

El trabajador vende su fuerza de trabajo al capitalista. El capitalista pasa a ser dueño de esta mercancía de la que por tanto dispone o hace uso durante todo el tiempo que le sea posible cada día, o sea que pone a trabajar al asalariado todo el tiempo que le sea posible o sea la jornada de trabajo, que dadas ciertas condiciones de producción, se prolongará como premisa por un tiempo mayor que el tiempo que se necesita para producir, en las mismas condiciones normales de trabajo, los medios diarios de existencia y reproducción (víveres, vivienda, educación, hijos, etc.) del obrero. Pero a cambio, el capitalista paga al asalariado un precio por su fuerza de trabajo como lo hace por cualquier otra mercancía, es decir, paga un precio equivalente a lo que costó producirla. Así que el capitalista no paga un precio por el trabajo que hace el asalariado, porque el precio de las mercancías no está determinado por el uso que se hace de ellas, sino por lo que costó producirlas, su valor: la cantidad de trabajo socialmente necesario invertida en producirlas. Aquí es clave la distinción entre la fuerza de trabajo y el trabajo. El capitalista paga el valor de la fuerza de trabajo y a cambio recibe el valor creado por el empleo de la fuerza de trabajo durante la jornada laboral. De manera que una parte de la jornada laboral, el asalariado trabaja para reproducir el valor de su fuerza de trabajo, y la otra parte trabaja "gratis" para el capitalista. Esta diferencia de valor entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor producido por su empleo es lo que Marx denomina como plusvalía. Esta plusvalía es la base de la ganancia capitalista.[41]

La premisa histórica básica para esto es el intercambio de mercancías, pues el capitalista compra la fuerza de trabajo como una mercancía. Esto implica la otra premisa histórica básica: que las condiciones sociales sean tales que el trabajador tenga que vender su fuerza de trabajo como una mercancía, Marx ya ha mostrado que esto es posible solamente si el trabajador carece de medios de existencia y de medios de producción para trabajar, entonces como poseedor de únicamente su fuerza de trabajo para sobrevivir se ve obligado a vender su fuerza de trabajo al capitalista. La sociedad burguesa necesita de trabajadores libres en un doble sentido: en el sentido de propietarios privados de su fuerza de trabajo y en el sentido de carentes de medios de producción propios. De esta manera, el proletario está obligado a vender su fuerza de trabajo a algún capitalista para sobrevivir, siendo libre de decidir a qué capitalista particular se la vende o siendo libre de no venderla y vivir en la marginalidad y la extrema pobreza. Los trabajadores asalariados son libres solo en el sentido de que no son esclavos ni siervos: ningún poder personal los fuerza a trabajar. Lo que les fuerza a trabajar es el poder impersonal de la economía.

En los siguientes capítulos, Marx expone la manera en que los capitalistas intentan mantener y aumentar la plusvalía. Una manera, el aumento de plusvalía absoluta, es la extensión de la jornada laboral (lo que incrementa el tiempo en que el obrero trabaja exclusivamente para el capitalista) y la reducción del salario (lo que incrementa la parte en valor que el capitalista da al trabajador). Pero, tal como explica Marx, esto tiene unos límites "naturales" y "morales".

Por ello el capitalista también procura aumentar la plusvalía de manera relativa, modificando el proceso técnico de trabajo y las condiciones laborales, introduciendo medios de producción más eficientes y/o aumentando la intensidad o velocidad del trabajo. Esto hace disminuir el tiempo necesario para producir las mercancías en general (incluyendo los medios de existencia del obrero, pues así consigue disminuir el valor de la fuerza de trabajo). De esta manera, sin modificar la extensión de la jornada laboral, el tiempo de trabajo remunerado decrece en favor del tiempo de trabajo no remunerado. A este proceso Marx lo denomina plusvalía relativa.[42]

Expone Marx que esta última consideración pone en claro que, en un momento dado del desarrollo capitalista, el aumento de la plusvalía se convierte en un problema técnico. Ante los daños físicos y morales ocasionados por la larga y extenuante jornada de trabajo, la clase obrera finalmente se organiza y consigue imponer una disminución y reglamentación de la jornada de trabajo. Si los capitalistas ya no pueden extender la jornada de trabajo, entonces el problema del aumento de la plusvalía solamente es posible de manera relativa y se torna esencialmente en un problema técnico: mejorar los medios técnicos de la producción. La apropiación de los inventos mecánicos ha sido, a este respecto, el gran recurso de los capitalistas. No obstante, como muestra Marx, esto no quiere decir que la clase capitalista, permanentemente o al menos cada vez que la plusvalía disminuye, no intente quebrar la oposición de la clase obrera para extender la jornada de trabajo. Marx intenta demostrar como la gran industria, con la aplicación de las ciencias naturales al servicio de la mecanización del proceso de trabajo en lugar de favorecer a la clase obrera reduciendo la jornada laboral (pues lo que antes se producía en un día de trabajo artesanal se produce en una hora de trabajo industrial), termina perjudicándole de diversas maneras: hacinamiento, extenuantes jornadas de trabajo, trabajo infantil, insalubridad, etc. Esto no se debe a la industrialización misma, sino a su empleo capitalista.[43]

El proceso de acumulación del capital

En la última sección del libro, que sintetiza los aportes de las secciones anteriores, Marx expone cómo se reproduce el capital. La plusvalía extraída en la producción se convierte en ganancia y si bien parte de esta ganancia es consumida por el capitalista, otra parte es reinvertida en medios de producción y salarios y así la convierte en pluscapital. El aumento del capital en funciones mediante la extracción de plusvalía se denomina como acumulación del capital.[44]

Esta es la «ley general de la acumulación capitalista» demostrada y enunciada por Marx: a medida que aumenta la acumulación de capital se produce y consolida necesariamente un número creciente de obreros sobrantes para el sistema, una población supernumeraria teniendo que subsistir en condiciones precarias y presionando a condiciones de explotación mayores a los demás obreros y a mayor miseria para los obreros en general. A estos obreros sobrantes se los denomina «ejército industrial de reserva». Esto explica que a medida que se acumula capital y por consiguiente riqueza se produce de manera pareja una acumulación creciente de miseria en la mayoría de la población: la acumulación de capital en un polo es equivalente a la acumulación de miseria en el otro.[45]

En el capítulo La llamada acumulación originaria, Marx analiza cómo en Inglaterra se crearon a estos trabajadores libres para satisfacer la demanda de fuerza de trabajo por la industria: expulsión masiva, a sangre y fuego, de los campesinos de sus tierras; y una severa represión del "vagabundeo". Marx muestra que el capital "no se originó en la frugalidad virtuosa, sino en la servidumbre; no en la abstinencia, sino en el expolio [...] Las tierras eclesiásticas se convirtieron en propiedad privada; los arrendatarios sustituyeron a los campesinos independientes; se aprobaron leyes que obligaban a trabajar con salarios insuficientes; el sistema colonial surgió perpetuando los males del sistema de tierras en nuevos países, y en una escala extendida".[46]​ Mediante estos métodos extraeconómicos se logró de forma acelerada una concentración de las tierras y un proletariado disciplinado para ser explotado en la industria. «Si el dinero, como dice Augier, viene al mundo con manchas de sangre en una mejilla, el capital lo hace chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies.»

En el apartado 7 de este capítulo (Tendencia histórica de la acumulación capitalista), Marx, basándose en el análisis científico e histórico realizado hasta el momento, retoma el programa revolucionario expuesto en el Manifiesto comunista: la expropiación de los capitalistas por la masa del pueblo, y el establecimiento de una asociación de productores libres mediante la propiedad colectiva sobre la tierra y los medios sociales de producción.[47]

Tomo II. El proceso de circulación del capital.

Tomo III. El proceso global de la producción capitalista o el proceso de producción capitalista, en su conjunto.

Cuarto tomo

En el momento de su muerte, Marx había preparado el manuscrito de un cuarto tomo, una historia crítica de las teorías de la plusvalía de su época, el siglo XIX, basada en el manuscrito anterior. "Engels tuvo la intención de publicar estos manuscritos como cuarto volumen de El capital",[14]​ pero tras su muerte el filósofo Karl Kautsky (1854-1938) publicó una edición parcial de la crítica de la plusvalía de Marx y luego publicó una edición completa en tres volúmenes bajo el nombre de Teorías sobre la plusvalía (Theorien über den Mehrwert, 1905-1910).[16]​ Esta decisión fue devida a que la obra "no se trataba de una continuación de esa obra" sino de la Contribución a la crítica de la economía política.[14]​ Una edición completa de los manuscritos fue publicada por la editorial Dietz Verlag en Berlín en 1956.[92]

Teorías sobre la plusvalía forman la parte más larga (alrededor de 110 hojas impresas) y la más elaborada de este enorme manuscrito, y es el primer y único borrador del cuarto volumen final de El capital. A diferencia de los tres tomos teóricos de El capital, Marx llamó a este volumen la parte histórica, histórico-crítica o histórico-literaria de su obra.[93]

Traducciones

La primera traducida de El capital fue la rusa en marzo de 1872 por iniciativa del economista socialista ruso Nikolái Danielson publicada por el editor radical Nikolai Petrovich Poliakov. El primer traductor encargado de la tarea fue anarquista Mijaíl Bakunin pero nunca puedo completarlo. Fue sustituido por el alemán German Lopatin y luego por Danielson con la ayuda de Nikolai Liubavin.[13]​ A pesar de que la censura de Imperio ruso proscribe "las doctrinas nocivas del socialismo y el comunismo", los censores rusos consideraron El capital como una "obra estrictamente científica" de economía política, cuyo contenido no se aplicaba a la Rusia monárquica, donde la "explotación capitalista" nunca había ocurrido y fue oficialmente descartada, dado "que muy pocas personas en Rusia lo leerán, y aún menos lo entenderán". El retrato impreso de Marx fue la única parte del libro censurada. Marx estaba encantado y elogió la traducción como "magistral"y reconoció que Rusia era el país donde El capital "se leía y se valoraba más que en cualquier otro lugar", mientras que la edición alemana tardó cinco años en vender 1000 unidades, por lo que la traducción rusa se vendió quince veces más rápido que el original alemán. No fue hasta que el Grupo para la Emancipación del Trabajo de Gueorgui Plejánov que el El capital pasaría a primer plano en los movimientos socialistas rusos.[13][94]

Después fue publicada la traducción francesa del primer tomo en ese mismo año, la cual recibió varias revisiones por Marx.[95][96]​ Esta edición tuvo una importancia considerable para la difusión de su obra en todo el mundo.[97]​ Finalmente, la obra de Marx se tradujo a todos los idiomas principales. Las siguientes traducciones son, en orden cronológico: las versiones polaca (1884-1890), danesa (1885), española, por el republicano Pablo Correa (1886); italiana, por el anarquista italiano Carlo Cafiero (1886); y finalmente la inglesa (1887), por Samuel B. Moore y Edward Aveling, socio de Eleanor Marx, hija menor de Marx; supervisada por Engels y publicada como Capital: A Critical Analysis of Capitalist Production por Swan Sonnenschein, Lowrey, & Co.[98][99]​ Este fue emitida nuevamente en la década de 1970 por Progress Publishers en Moscú, mientras que Ben Fowkes y David Fernbach hicieron una traducción al inglés más reciente (la edición Penguin). La traducción portuguesa no apareció hasta la caída de la dictadura de Salazar (1974).[97]

La influencia de El capital se extendió también hasta Asia. La primera traducción fue del primer tomo vietnamita, publicada entre 1959 y 1960. La traducción japonesa de apareció en 1979 y la traducción al mandarín en 1983. Las traducciones árabes aparecieron en Siria (1956) y Líbano (1970); y en farsi en una edición serializada en la República Democrática Alemana (entre 1966 y 1970).[97]

La edición crítica definitiva de la obra de Marx, conocida como MEGA II (Marx-Engels-Gesamtausgabe),[100]​ incluye El capital en alemán (solo el primer volumen está en francés) y muestra todas las versiones y modificaciones realizadas al texto, así como un aparato muy extenso de notas al pie y referencias cruzadas.

En 2012, Red Quill Books lanzó Capital: In Manga!,[101]​ una versión de cómic del primer tomo que es una traducción al inglés ampliada de la exitosa versión de bolsillo en japonés de 2008 Das Kapital conocida como Manga de Dokuha.[102]

Traducciones al español

Existen varias traducciones al español de esta obra. El abogado republicano español Pablo Correa realizó una primera traducción parcial del Libro I El capital al castellano en 1886 a partir de la edición francesa.[103]​ El argentino Juan B. Justo, cofundador del Partido Socialista Argentino, realizó la primera traducción del alemán al español del Libro I, publicada en 1898. La traducciones completas publicadas por EDAF de Madrid en 1967 y la de Floreal Mazía publicada por Editorial Cartago de Buenos Aires en 1973 se basan en la primera edición francesa de 1872-1875. No fue hasta 1931 con la Segunda República española que apareció primera traducción completa de la obra con los tomos II y III de Manuel Martínez Pedroso.[104]​ Esta traducción fue criticada por Wenceslao Roces debido a sus errores de traducción, que "convierte la obra fundamental de Marx en verdadero galimatías".[105]

La completa traducción más conocida y accesible es la misma realizada por Wenceslao Roces y publicada por la editorial Fondo de Cultura Económica en 1946, corregida en 1959, reimpresa muchas veces. Roces se basó en la cuarta edición alemana del Libro I (1890), la segunda del Libro II (1893) y la primera del Libro III (1894). Roces trabajó varios años corrigiendo y revisando su traducción y una edición nueva fue terminada por él en 1988; editada por Ricardo Campa.[106]​ El Libro I fue reimpreso en 2014.[107]​ Esta edición tomó en cuenta las críticas recibidas por la edición anterior y utilizó la edición alemana de 1962 de Dietz Verlag. El Libro II fue reimpreso en 2017[108]​ y el Libro III en 2022.[109]​ Roces había publicado su primera traducción del Libro I en 1935, en Madrid, (Editorial Cenit); y fue el traductor de las ediciones del Libro IV publicadas por el Fondo de Cultura Económica, en 1945 la de Kautsky y, en 1980 la de los manuscritos completos.

Las traducciones de Pedro Scaron, publicada por Siglo XXI Editores en 1975; de Manuel Sacristán, publicada por Editorial Grijalbo en 1976; y de Vicente Romano García, publicada por Ediciones Akal en 1977, fueron realizadas directamente a partir de la edición alemana de Dietz Verlag en 1962, efectuada por grupos de trabajo de los Institutos de Marxismo-leninismo de Berlín y de Moscú, a partir de la cuarta edición alemana de 1890, pero teniendo en cuenta todas las ediciones alemanas publicadas hasta entonces, la primera francesa y la inglesa de 1887, y corrigiendo el conjunto a partir de los manuscritos de Marx y de las pruebas de imprenta de Engels. Scaron enfatizó en las correcciones de los errores de la edición de 1959 de la traducción de Roces y para el Libro I destacó la importancia de basarse en la segunda edición alemana de 1872. Scaron es responsable de la traducción integra del tomo I y de la tercera sección del tomo II, así como de la supervisión de las otras dos secciones del tomo II -traducidas por Diana Castro y del tomo III, traducido por León Manes.[110]​ Aun así, dada la dificultad de los términos originales usados por Marx todas estas ediciones contienen errores de traducción que en mayor en menor medida "afectan conceptualmente la obra".[111]

Destacan también la antología de El capital (y otras obras de Marx) realizada por Enrique Tierno Galván a partir de la traducción de Wenceslao Roces en 1975; y la antología editada por César Rendueles de la traducción de Manuel Sacristán fue publicada por Alianza Editorial en 2010.

En 2013 se editó la versión del manga de El Capital al español por la editorial Herder.[112]

Recepción

En el prólogo de la primera edición inglesa de 1886, Engels escribió que El capital ha sido descrita como “la Biblia de la clase trabajadora”, cuyas conclusiones fueron fundamentales en el movimiento obrero en Alemania, Suiza, Inglaterra, Francia, Holanda, Bélgica, Italia, España y América.

Su rival anarquista Mijaíl Bakunin, quien intentó traducir El capital al ruso, criticó de esta obra su método por ser positivista pero su análisis científico es la mejor denuncia "de la formación de la burguesía, el capital y la explotación sistemática y cruel que el capital sigue ejerciendo sobre el trabajo del proletariado [...] una sentencia de muerte, científicamente motivada e irrevocablemente pronunciada" contra la clase burguesa.[113]

El capital es el libro de ciencias sociales más citado anterior a 1950.[7]​ A raíz de la Gran Recesión provocada por el colapso económico mundial de 2008-2009, se informó que Das Kapital tenía una gran demanda en Alemania.[114]

Una reseña mucho más sustantiva del tercer volumen de El capital provino de Werner Sombart, economista de la "joven escuela histórica", en 1894. Sombart señaló que Marx subrayaba las "condiciones económicas que son independientes" de la voluntad del individuo, a fin de determinar "lo que sucede detrás de su espalda, en virtud de relaciones independientes de él". Engels tomó los comentarios de Sombart en su "Apéndice y notas complementarias al tomo III de El capital" y en una carta personal.[115]

En 2017, el historiador Gareth Stedman Jones escribió en la sección Libros y artes de la revista científica Nature:[116]

Lo extraordinario de Das Kapital es que ofrece una imagen todavía incomparable del dinamismo del capitalismo y su transformación de las sociedades a escala global. Incorporaba firmemente conceptos como mercancía y capital en el léxico. Y destaca algunas de las vulnerabilidades del capitalismo, incluida su perturbación inquietante de estados y sistemas políticos. [...] Si Das Kapital ha surgido ahora como uno de los grandes hitos del pensamiento del siglo XIX, es [porque conecta] el análisis crítico de la economía de su tiempo con sus raíces históricas. Al hacerlo, inauguró un debate sobre la mejor manera de reformar o transformar la política y las relaciones sociales, que ha continuado desde entonces.

Michael Wayne citó la solidez de la metodología utilizada en la producción del libro, que se llama crítica inmanente. Este enfoque, que parte de una categoría simple y se desarrolla gradualmente en categorías complejas, empleó una crítica "interna" que encuentra contradicciones dentro y entre las categorías mientras descubre aspectos de la realidad que las categorías no pueden explicar. Esto significó que Marx tuvo que construir sus argumentos sobre narrativas históricas y evidencia empírica en lugar de la aplicación arbitraria de sus ideas en su evaluación del capitalismo.[117]

Por otro lado, Das Kapital también ha recibido críticas. Por ejemplo, hay teóricos que afirmaron que este texto era incapaz de reconciliar la explotación capitalista con los precios que dependen de los deseos subjetivos en las relaciones de intercambio.[118]

Debate

En el siglo XX los economistas marxistas y los técnicos de países socialistas se apropiaron de la exposición positiva de las teorías de Marx, pretendiendo que, en vez de ser un tratado de crítica de la economía política, El capital era un tratado de economía política crítica. Las categorías que Marx trabajó en su libro han sufrido numerosos usos derivados de esa lectura. La mayor parte de las polémicas entre economistas marxistas y entre estos y otros economistas no marxistas parten de esa lectura.

Una exposición en castellano del núcleo de El capital que se aleja argumentadamente de los tópicos marxistas y marxista-leninistas que durante más de un siglo de polémicas cubrieron de sobreentendidos equívocos la lectura rigurosa del texto, se encuentra en el libro de Felipe Martínez Marzoa La filosofía de El capital. Taurus, Madrid, 1982.

Véase también

  • Economía marxista
  • Capital (economía)
  • Acumulación y reproducción ampliada
  • Portal:Marxismo. Contenido relacionado con Marxismo.

Referencias

Bibliografía

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Enlaces externos

  • Wikisource en inglés contiene una traducción inglesa por Samuel Moore, Edward Aveling y Ernest Untermann sobre el tomo I de Das Kapital.
  • Wikimedia Commons alberga conferencias de David Harvey del tomo I de El capital.
  • Wikimedia Commons alberga conferencias de David Harvey del tomo II de El capital.
  • El Capital, completo.
  • El Capital, en la página Biblioteca de Autores Socialistas.
  • Karl Marx: El Capital. UNIVERSIDAD DE ALCALA
  • En la página Marxist Internet Archive:
    • Capital, Volume I (en inglés)
    • Capital, Volume II (en inglés)
    • Capital, Volume III (en inglés)
    • El capital, Capítulo XXIV, La llamada acumulación originaria
    • Prólogo a la primera edición alemana del primer tomo de El Capital por Marx.
    • Palabras finales a la segunda edición alemana del primer tomo de El Capital de 1872 por Marx.
    • Reseña del primer tomo de El Capital para el Demokratisches Wochenblatt por Engels.
    • Del prólogo al segundo tomo de El Capital por Engels.
    • Guía para leer El capital por Louis Althusser.
  • El Capital. Volumen I Edición Luarna
  • El Capital. Volumen I Edición Librodot
  • El Capital. Volumen I Javier Colomo Ugarte
  • El Capital. Volumen I Edicions intercomarcals Sedov

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